
Conozco a un hombre que tiene una rara y peculiar profesión: se dedica a la danza. Es bailarín. En la danza hay personajes universales que se repiten y aún expresan cada vez un sentimiento nuevo. Algunos de ellos, los mas grandes, pueden hasta volar. Saltan muy alto y se quedan un momento inmóviles en el aire. Por un mínimo instante es como si el hombre no estuviera atado a la tierra. Ese instante hace felices al público y al bailarín.
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